¿Sirven las escalas clínicas para evaluar la deshidratación de un niño con diarrea aguda?
En el manejo de la gastroenteretis aguda, el objetivo más importante es la compensación de la deshidratación. Y si bien, los cambios en el peso corporal siguen siendo la variable más improtante a medir, dicha variable no siempre está disponible, porque el niño llegará a la consulta una vez iniciado el cuadro y sin saber cuánto pesaba antes de enfermarse, lo cual dificulta mucho el diagnóstico inicial y la reposición exacta de fluidos. En consecuencia se han desarrollado diferentes scores para estimar el grado de deshidratación, pero con bajo nivel de sensibilidad y predicción para la deshidratación severa.
Este meta-análisis sobre la utilidad del examen físico para evaluar al niño deshidratado por gastroenteritis aguda, está centrado en la atención clínica de niños menores de 18 años de países desarrollados, tomando como objeto de estudio a las escalas clínicas, ecografía, el relleno capilar y los análisis de orina.
Hicieron búsquedas en Medline, Embase y Cochrane. Se consultó también literatura gris (no indexada), científica, manuales y guías de especialistas. Se obtenían las citas y dos revisores independientes aplicaban los criterios de inclusión de los trabajos donde se evaluara la deshidratación medida en escalas clínicas o ecografía, versus, la pérdida de peso.
Se eligieron 9 estudios, incluyendo a 1293 pacientes, y la mediana de publicación fue el año 2007. Los estudios evaluaban a las escales CDS (1) y Gorelick (2), evaluaciones médicas no estructuradas (3), ecografía (4), relleno capilar (5) y análisis de orina (6).
(1). CDS: Clinical Dehidration Scale: Una escala con 4 variables: Aspecto general, Ojos, Mucosas y Lágrimas, calificándolas con 0, 1 o 2, y se interpreta como 0=no deshidratación, 1-4= deshidratación leve, 5-8= deshidratación moderada a severa.
(2). Gorelick Scale: según Jaureggui 2014, incluye las variables: Aspecto general, pulso radial, respiración, turgencia de piel, ojos, lágrimas, mucosas, relleno capilar, frecuencia cardíaca y diuresis. Cada variable vale 1 punto. Sacando de 3 a 7 puntos hay deshidratación de 5%, 8 puntos o más deshidratación de 10%.
(3). Acá englobaron diferentes escalas como Chen 2010, Jauregui 2014, Mackenzie 1989, Shavit 2006, y Vega 1997 que utilizan diferentes conbinaciones de la mayoría de los criterios clínicos ya mencionadas en las esaclas anteriores.
(4). Usaron la relación entre la medición del diámetro de la vena cava inferior sobre el diámetro de la aorta abdominal en la región subxifoidea, con punto de corte de 0,8 para la deshidratación severa.
(5). El niño elevaba la mano a la altura del corazón. Se usó una cámara de video digital con un softwaard que analizaba el color fotograma a fotograma. Se presionaba en el yema del dedo del niño durante 5 segundos y luego se liberaba, y el softward calculaba el tiempo de recuperación al color original.
(6). tests colorimétricos
EL CDS tuvo un probabilidad positiva (LR) de 1,87 a 11,79 y LR negativo de 0,30 a 0,71 para predecir 6 % de deshidratación. Cuando se combina con el Gorelick, el LR positivo fue 1,93 (IC del 95%: 1,07 a 3,49 ) y LR negativo fue de 0,40 ( IC 95 % 0,24-0,68 ). Evaluación de la deshidratación no estructurada tenía un LR positivo de 2,13 (IC del 95 % 1,33 a 3,44 ) y LR negativo de 0,48 (IC del 95 % 0,28-0,82 ) para detectar ≥ 5 % de deshidratación.
Conclusiones: si bien las escalas clínicas podrían mejorar la evaluación del niño deshidratado, el nivel de evidencia no alcanza para evaluar al niño con deshidratación severa, y hasta ahora, el uso de ecografía y de análisis de orina tampoco están respaldados por la evidencia.
Esta reflexión coincide con la de trabajos anteriores, revisiones en donde se asume que el tamaño de la muestra es pobre y hay un elevado riesgo de sesgo de selección de pacientes, donde eran aceptados solo niños con serias necesidades de ser rehidratados.
Son muy pocos los trabajos que utilizan a la ecografía para el diagnóstico de deshidratación. Los autores adjudicaron al test una sensibilidad de 86%, especificidad de 56% y VPP de 62%, características que no superan a las escalas clínicas. El relleno capilar está descripto en un solo estudio.
Resumido de Stephen B. Freedman, Diagnosing Clinically Significant Dehydration in Children with Acute Gastroenteritis Using Noninvasive Methods: A Meta-Analysis. J Pediatr 2015;166:908-16.