Esperando soluciones mágicas
La mayoría de los médicos más viejos saben que la efectividad de sus intervenciones es mas bien baja.
Dudar de la efectividad de la medicina es sano.
Heráclito dijo : “… La forma en que los médicos torturan a sus pacientes es "tan mala como las enfermedades que dicen curar…". Para Ivan Illich: "… la medicina moderna es una negación de la salud ... enferma a más gente de lo que sana… ".
Fuera de posturas extremas, la frecuencia de las intervenciones médicas fallidas, el grado de evidencia confusa y discordante en la investigación médica, el marco teórico incompleto en el que se basan muchas intervenciones médicas y la maleabilidad de incluso los mejores métodos empíricos hacen que los resultados sean confusos.
El modelo o teoría médica de atacar enfermedades con “balas mágicas” no es útil. Surgió con la aparición de tratamientos como los antibióticos y la insulina, que en un mundo donde no había un tratamiento efectivo para las infecciones y las personas con diabetes tipo I morían, parecería mágico que los medicamentos lo pudieran curar. Pero incluso con esos tratamientos, pronto reconocimos que las bacterias podían desarrollar resistencia a las drogas, y que a pesar de mantenerse con vida, las personas con diabetes desarrollarían complicaciones.
La teoría de la bala mágica supone que un tratamiento efectivo (la bala mágica) mueve a un paciente de la enfermedad a la salud. Pero, la salud, la enfermedad y la efectividad son conceptos controvertidos. La teoría tampoco abarca la mayoría de las condiciones donde la causa es mucho menos clara y mucho más compleja, particularmente en un mundo donde la mayoría de los pacientes tienen múltiples afecciones crónicas.
A pesar de sus obvias limitaciones, el modelo de la bala mágica parece estar vivo. En la era de la genética y la medicina personalizada, las compañías farmacéuticas son comerciantes de balas mágicas. También es muy atractivo para el público, que puede fantasear con que un comprimido solucionará sus problemas.
Los métodos de investigación contemporáneos de la industria farmacéutica pueden ser "maleables" y muchas veces subestiman los daños de un tratamiento.
Estos argumentos también ignoran el teorema de Bayes, que dice que debemos comenzar con una hipótesis previa que las intervenciones médicas tienen baja efectividad, hasta el punto de que si se habla que “tal intervención es efectiva”, debemos pensar que es un falso positivo.
Ser buenos médicos es no creer en tantas balas mágicas.
La medicina debe tener un moderado conservadurismo terapéutico. Muchos médicos, particularmente los médicos de familia, ya practican una medicina realista y prudente. En general, el enfoque en las balas mágicas (genes, proteínas y vías moleculares) han sido pobres. La regulación también necesita un replanteamiento. Por el momento, existe la presión de facilitar la entrada de nuevos medicamentos al mercado que tal vez beneficien más a las compañías farmacéuticas que a los pacientes. Son pocas las drogas nuevas que tienen nuevos beneficios (y podrían no haber declarado serios riesgos adversos).
Como médicos debemos conocer las limitaciones de las balas mágicas, ser escépticos sobre todo con las nuevas drogas y reconocer la importancia de lo humano en oposición a lo técnico.
https://blogs.bmj.com/bmj/2018/06/04/richard-smith-the-case-for-medical-nihilism-and-gentle-medicine/