Esofagitis eosinofílica (Actualización)
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La esofagitis eosinofílica es cada vez más común.
La esofagitis eosinofílica se define por disfunción esofágica e infiltración eosinofílica de la mucosa esofágica refractaria al tratamiento con inhibidores de la bomba de protones.
La incidencia ha aumentado de 0,35 a 9,45 casos por 100 000 años-persona en los últimos 30 años, y se ha informado que la prevalencia es tan alta como 55/100 000 habitantes.
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La esofagitis eosinofílica debe sospecharse en pacientes con disfagia u obstrucción del bolo alimenticio.
La esofagitis eosinofílica es más común en hombres jóvenes (entre 20 y 40 años) y generalmente se presenta con disfagia o impactación alimentaria, generalmente al comer carne.
También se puede asociar con atopia.
Los pacientes que se ajusten a este perfil deben ser referidos para endoscopia y biopsias de la mucosa.
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Los hallazgos endoscópicos solos NO son suficientes para hacer un diagnóstico de esofagitis eosinofílica.
Aunque la apariencia endoscópica del trastorno se puede caracterizar por edema, anillos concéntricos y surcos, es posible una variedad de hallazgos, incluso la endoscopía puede ser normal.
Por lo tanto, se debe realizar una biopsia endoscópica de la mucosa cuando se la sospeche para determinar si hay eosinofilia esofágica.
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Se deben prescribir inhibidores de la bomba de protones para un hallazgo histológico de eosinofilia esofágica.
El diagnóstico diferencial para la eosinofilia esofágica es amplio e incluye la enfermedad por reflujo gastroesofágico y una entidad relacionada que es la eosinofilia esofágica sensible a los inhibidores de la bomba de protones.
Para excluir esta última entidad, es necesario darle a los pacientes 8 semanas con inhibidores de la bomba de protones y luego repetir la biopsia endoscópica de la mucosa; la persistencia de la eosinofilia (definida como más de 15 eosinófilos/campo de gran aumento) es sugestiva de esofagitis eosinofílica.
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Los esteroides tópicos y suspender ciertos alimentos son los pilares del tratamiento.
Los ensayos aleatorizados controlados con placebo de budesonida y fluticasona administrados por vía oral han demostrado eficacia para mejorar los síntomas y los hallazgos histológicos en la esofagitis eosinofílica.
Una dieta donde se eliminen seis alimentos (trigo, leche, huevos, soja, nueces y mariscos) se basa en la suposición de que las alergias alimentarias pueden contribuir a la fisiopatología de la esofagitis eosinofílica y también ha demostrado su eficacia en estudios prospectivos.