Bajaste de peso por lo que cambiaste.

Esta es la típica historia de todos los días:

 

María tenía sobrepeso y su perfil cardio metabólico era malísimo. Cambió su dieta: eliminó X, Y, Z y agregó más A, B y C. Ahora ha perdido 14 kg y se siente fantástica. 

Sus números también son perfectos: su HDL está por el techo, su LDL es “indetectable”,  y su HgbA1c está en el rango normal.

 

Ana tenía sobrepeso y un terrible perfil cardio metabólico. Cambió su dieta:  pero no eliminó X, Y o Z. De hecho, hizo lo contrario. 

 

Aumentó el consumo de X, Y y Z eso sí, eliminó A, B y C. Ahora ha perdido 14 kilos y se siente fantástica. 

 

Sus números también son perfectos: su HDL está por el techo, su LDL es “indetectable”, y su HgbA1c está justo en el rango normal. 

 

María recomienda esta dieta y alienta a todos a seguir su ejemplo. 

 

La dieta tiene sentido porque X, Y y Z pueden promover una ruta metabólica realmente dañina, mientras que A, B y C pueden hacer lo opuesto. Hay numerosos estudios que muestran esto.

 

Ana aconseja esta dieta y alienta a todos a seguir su ejemplo. La dieta tiene sentido porque A, B y C pueden promover una vía metabólica realmente dañina, mientras que X, Y y Z pueden hacer lo contrario. Hay numerosos estudios que muestran esto.

 

Ahora María y Ana tienen muchisimos seguidores por Facebook y Twitter que han experimentado lo que ellas experimentaron, dan consejos y recetas. 

 

Eso sí, desde hace un tiempo María y sus seguidores discuten interminablemente con Ana y sus seguidores. 

 

Cada grupo acusa al otro de ignorar la evidencia, de ser falso, de no ser saludable, de inventar cosas.

 

La mayoría de los que siguieron la dieta de María experimentaron beneficios, y la mayoría de los que siguieron la dieta de Ana experimentaron beneficios. 

 

Entonces…  ¿quién tiene razón?

 

Ambas partes tienen razón. Y, por lo tanto, ambos lados están equivocados.

 

Cuando María y Ana cambiaron su dieta, antes hicieron un cambio. 

 

Ellas se cambiaron a sí mismas

 

Para los seres humanos, una dieta no es solo una lista de alimentos e ingredientes, es un comportamiento, algo más que yace en el subconciente y que aflora como necesidad. 

 

Cuando se cambia una dieta, un comportamiento cambia primero: Podés aguantar comer menos cantidad, podés dejar el chocolate, el alcohol o las galletitas que antes no se podían dejar, etc.

 

El qué, cómo, donde y cuánto comer no es el cambio. 

 

Lo que comés sigue a lo nuevo de tu comportamiento.