Manejo del reflujo gastroesofágico en los niños

El reflujo gastroesofágico (RGE) es el paso del contenido gástrico hacia el esófago, con o sin regurgitación. La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), queda definida cuando el RGE produce síntomas o complicaciones (pérdida de peso, sangrado o manifestaciones respiratorias a repetición).

 

En los bebés, los síntomas a considerar son el llanto, la espalda arqueada y la regurgitación de alimentos; sin embargo todos son inespecíficos y la regurgitación es un evento muy común en todos los bebés sanos. Los síntomas entre los niños mayores incluyen acidez, regurgitación y dolor retroesternal o epigástrico.

 

Se acaba de publicar esta nueva guía de manejo de las sociedades norteamericana y europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición pediátrica actualizando la anterior (de 2009). En esta edición, los autores fueron, además de los gastroenterólogos europeos, algunos americanos. Cuatro de los autores tienen conflictos de interés por estar relacionados con la industria de fórmulas lácteas.

 

Para cada una de las recomendaciones actuales, los autores usaron el sistema GRADE. La mayoría de las preguntas se respondieron después de una búsqueda sistemática en Embase, MEDLINE, Cochrane y el Registro Central de Ensayos Clínicos Controlados de Cochrane. Tres preguntas fueron respondidas en base a  opiniones de expertos y guías publicadas anteriormente.

 

Los estudios seleccionados fueron ensayos clínicos controlados y aleatorizados (ECCA) que incluían niños de entre 0 a 18 años de edad.

 

A modo de resumen, la guía propone lo siguiente:

 

En lactantes y niños

 

  • Evitar los estudios con contraste de bario (recomendación débil), esofago-gastroduodenoscopia (recomendación débil) y manometría (recomendación fuerte) para diagnosticar la ERGE.
  • Destetar después de 4 a 8 semanas de manejo farmacológico óptimo del RGE independientemente de la respuesta (recomendación fuerte).


En lactantes
 

  • Modificar los volúmenes y la frecuencia de alimentación para evitar la sobrealimentación (recomendación débil) y utilizar alimentos espesados ​​para tratar la regurgitación y los vómitos visibles (recomendación débil). Para la mayoría de los casos de RGE fisiológico, los autores recomiendan continuar la lactancia materna. La fórmula espesante disminuye la frecuencia de regurgitación visible; Pocos estudios describen la eficacia y seguridad de los espesantes (fórmulas antirreflujo).
  • Recomendar durante 2 a 4 semanas una fórmula con proteínas hidrolizadas extensivamente (o fórmula de aminoácidos) en lactantes alimentados con fórmulas de vaca o maternizadas, sospechosos de tener ERGE cuando el tratamiento no farmacológico ha fallado (recomendación débil).
  • Evitar la terapia posicional (es decir, la elevación de la cabeza, la posición lateral y la posición prona) mientras los bebés están dormidos (recomendación fuerte).
  • Considerar los bloqueantes de histamina (IH2) o los inhibidores de la bomba de protones (IBP) para el llanto / angustia o regurgitación visible en lactantes sanos (recomendación fuerte).

 

El uso de IBP por cada 100 000 niños ha aumentado drásticamente de 6.7 en 2005 a 10.2 en 2012. Sin embargo, los IBP también se han asociado con un mayor riesgo de neumonía e infecciones gastrointestinales, como Clostridium difficile, presumiblemente secundaria a la disminución de la acidez gástrica, barrera contra los patógenos. Aunque a los IH2 se los considera menos "potentes" o "más seguros", estas drogas no están exentas de efectos adversos. La sepsis de inicio tardío ocurre con más frecuencia en los bebés que reciben ranitidina que en los que no lo hacen. Entre los niños ingresados ​​en la unidad de cuidados intensivos, el uso de IH2 fue mayor en aquellos con infecciones nosocomiales en comparación con aquellos sin infecciones.


En niños

 

  • Considerar como prueba diagnóstica o terapéutica para los síntomas típicos de ERGE la indicación de un IBP por 4 a 8 semanas (recomendación fuerte).
  • Evitar IH2 o IBP en niños con síntomas extraesofágicos (respiratorios), excepto en presencia de síntomas típicos de ERGE (recomendación débil).

 

 

Resumido de: Elaine Barfield, MD; Michelle W. Parker, MD. Management of Pediatric Gastroesophageal Reflux Disease. Jama pediatr. 2019; 173 (5): 485-486. doi: 10.1001 / jamapediatrics.2019.0170
 

Bibliografía

Rosen  R, Vandenplas  Y, Singendonk M,  et al. Pediatric gastroesophageal reflux clinical practice guidelines: joint recommendations of the North American Society for Pediatric Gastroenterology, Hepatology, and Nutrition and the European Society for Pediatric Gastroenterology, Hepatology, and Nutrition.  J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2018;66(3):516-554


Nelson  SP, Kothari  S, Wu EQ, Beaulieu  N, McHale JM, Dabbous  OH. Pediatric gastroesophageal reflux disease and acid-related conditions: trends in incidence of diagnosis and acid suppression therapy.  J Med Econ. 2009;12(4):348-355.


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