Depresión luego de un infarto agudo de miocardio

Muchos de nuestros pacientes tienen un infarto de miocardio y muchos se someten a cirugías cardíacas. 

 

El evento cardíaco agudo no es solo un ataque físico al cuerpo, sino que también es un evento emocionalmente traumático y significativo para muchos pacientes y familias.

 

Casi 1 de cada 5 pacientes experimenta una depresión severa en el año posterior al evento agudo, una prevalencia que es 5 veces mayor que la observada en la población general.

 

La depresión posterior al evento se asocia con una deficiente participación en actividades como, por ejemplo, cumplir con la medicación, asistir a programas de rehabilitación cardíac, llevar una alimentación saludable y realizar actividad física con regularidad.

 

Así, los pacientes que están deprimidos después de su evento cardíaco tienen un mayor riesgo de reingresos hospitalarios no planificados, eventos cardíacos recurrentes y mortalidad prematura.

 

 

Detección, identificación y gestión

 

Se recomienda estar atento a la depresión en los pacientes que han tenido un infarto agudo d emiocardio recientemente, sobre todo en aquellos con alguna de las siguientes banderas rojas: 

 

  • Tener antecedentes de ansiedad o depresión.

 

  • Vivir solo o socialmente aislado.

 

  • Ser más joven (menos de 55 años).

 

  • Fumar o consumir drogas o alcohol.

 

  • Estar desocupado o atravesar una situación de estrés financiero.

 

  • Tener diabetes u otras condiciones comórbidas.

 

  • Estar atravesando un duelo.

 

 

La evidencia sugiere que cada una de estas banderas rojas confiere un riesgo 2 a 4 veces mayor de depresión posterior a eventos cardíacos. 

 

Además, un estudio reciente halló que las personas que tuvieron un episodio depresivo grave antes de un evento cardíaco agudo tienen 11 veces más probabilidades de experimentar un episodio depresivo grave después del evento.

 

Tanto los hombres como las mujeres son susceptibles a la depresión posterior al evento.

 

Las características típicas incluyen: ansiedad, miedo y preocupación; angustia y tristeza; ira, irritación y frustración; culpa y negación. Estas emociones están acompañadas por síntomas conductuales como abstinencia social, cansancio, alteración del sueño y cambios en el deseo sexual y los patrones de alimentación, así como síntomas cognitivos como confusión, falta de memoria e incapacidad para concentrarse.

 

Esta puede ser una experiencia profundamente angustiante para los pacientes y sus familiares. En la mayoría de los casos estos síntomas son transitorios y comienzan a revertir a los 2 o 3 meses después del evento.

 
 
 
https://www.aafp.org/patient-care/clinical-recommendations/all/myocardial.html