Suplementos nutricionales o intervenciones dietéticas para prevenir enfermedades cardiovasculares

Una nueva publicación del Annals of Internal Medicine revisó los datos de cientos de ensayos clínicos con casi un millón de personas y descubrió que sólo unos pocos de los 16 suplementos más consumidos y solo una de las 8 dietas evaluadas tuvieron un efecto notable en los resultados cardiovasculares.

 

El ácido fólico, las dietas con bajo contenido de sal y los ácidos grasos omega-3 (el tipo que se encuentra en el aceite de pescado) mostraron algunos beneficios, sin embargo la evidencia que los respalda fue bastante débil. 

 

Y uno mostró evidencia de daño: tomar calcio con vitamina D aumentó el riesgo de accidente cerebrovascular, posiblemente porque hay más efecto trombótico y mayor rigidez en las arterias.

 

Muchas personas utilizan suplementos dietéticos y hasta ahora la evidencia no era tan categórica.

 

Ya en 2013 la Fuerza de Tareas Preventivas de Estados Unidos (USPSTF)  revisaron los suplementos de vitaminas y minerales y encontraron pocas pruebas de que mejoren la salud cardiovascular.

 

Los autores examinaron 24 suplementos y dietas mediante el análisis de datos de 277 ensayos de prevención cardiovascular que involucraron a un total de 992.000 personas. Seleccionaron ensayos controlados aleatorios. Se excluyeron datos más débiles de estudios observacionales (pueden mostrar solo correlaciones y no causa y efecto).

 

Se encontró una sorprendente falta de beneficios tangibles para casi todos los suplementos de vitaminas y minerales como como así también para distintos tipos de dietas.

 

Entre los suplementos que no mostraron evidencia de protección cardiovascular se encontraban las vitaminas A, B, C, D y E, así como el betacaroteno, el calcio, el hierro, los antioxidantes y los multivitamínicos. 

 

Si bien se encontró que dos suplementos tenían algún beneficio, para el ácido fólico y los ácidos grasos omega-3, hubo advertencias importantes. Tomar ácido fólico mostró disminuir el riesgo de accidente cerebrovascular pero este hallazgo provino de una investigación en población China, donde las deficiencias de esta vitamina son comunes. No queda claro si personas sin deficiencia se beneficien de tomarlo.

 

Un ensayo clínico reciente encontró que los pacientes de alto riesgo que tomaron dosis muy altas de omega-3, tuvieron una reducción en los eventos cardiovasculares. Otro estudio encontró que la suplementación con aceite de pescado podría beneficiar a las personas que comen poco pescado. Pero la mayoría de los ensayos con aceite de pescado han sido muy pobres. 

 

Las conclusiones del Annals afirman que, en el mejor de los casos, solo hay pruebas poco consistentes de que tomar aceite de pescado podría prevenir enfermedades cardíacas. 

 

Tampoco se encontró buena evidencia en las dietas recomendadas para prevención cardiovascular.

 

Los ensayos aleatorios más rigurosos de dietas bajas en grasa, que muchas guías han recomendado durante décadas como una forma de reducir el colesterol y el riesgo de enfermedad cardíaca no proporcionaron pruebas suficientes para concluir que comer menos grasa, incluida la grasa saturada, tuviera un impacto en la mortalidad o en los resultados cardiovasculares.

 

Una dieta que sigue siendo muy promocionada por las autoridades sanitarias es la dieta mediterránea, con su abundancia de granos enteros, garbanzos, nueces, frutas, verduras y aceite de oliva. Sin embargo, si bien los ensayos clínicos han encontrado que reduce el riesgo cardiovascular, algunos de los más importantes han sido defectuosos, y los expertos que han analizado la evidencia de la dieta han instado a la precaución.

 

Uno de los estudios sobre dieta mediterránea más grande y más publicitado, el Predimed fue publicado en 2013 e informó reducción de infartos agudos de miocardio y accidentes cerebrovasculares pero el año pasado se retractó por problemas metodológicos. Los autores del Predimed publicaron un nuevo análisis de sus datos, alegando que sus conclusiones no habían cambiado. Pero otros ensayos de dieta mediterránea han tenido controversias similares

 

En este metaanálisis los autores encontraron que "… la totalidad de los estudios no favoreció a la dieta mediterránea en prevenir eventos cardiovasculares…".

 

"No es favorable ni perjudicial", agregó. "Es solo una dieta neutral desde una perspectiva cardiovascular".

 

La única intervención en la dieta que parece tener el mayor apoyo de los ensayos aleatorios fue la reducción de la ingesta de sal, aunque los investigadores calificaron la evidencia como de "certeza moderada".

 

Las dietas bajas en sal redujeron la mortalidad por todas las causas sólo en personas con presión arterial normal. 

 

Entre las personas con hipertensión arterial, reducir la ingesta de sal redujo las muertes por enfermedades del corazón pero no por otras causas.

 

En el comentario de este trabajo el Dr. Topol afirma algo que se ve muy frecuentemente con nuestros pacientes. Hay  una amplia gama de respuestas a la ingesta de sal. Algunas personas son muy sensibles a la sal: un pequeño aumento en los alimentos salados puede tener un efecto marcado en su presión arterial. Pero otros pueden comer comidas cargadas de sal y su presión arterial apenas se moverá.

 

Los estudios de intervenciones dietéticas son difíciles de interpretar porque rara vez tienen en cuenta la forma en que las diferentes personas responden a los cambios en la dieta, ya sea reducir la sal o evitar las grasas o los carbohidratos.

 

El problema que tenemos aquí es que todos estos estudios esencialmente manejan conclusiones como si trataran de una sola persona y la realidad suele ser heterogénea. 

 

Tal vez la restricción de sal realmente sea beneficiosa para algunos, pero aún no está claro quiénes son esas personas.

 

https://annals.org/aim/article-abstract/2737825/effects-nutritional-supplements-dietary-interventions-cardiovascular-outcomes-umbrella-review-evidence