Cuando deambulo

Cuando deambulo no me digas que venga a sentarme.
Pasea conmigo.
Puede ser porque tengo hambre, sed, necesito el baño,
o tal vez solo necesito estirar las piernas.
 
Cuando llamo a mi madre (¡aunque tengo noventa años!),
no me digas que ella ha muerto,
Tranquilízame, abrázame, pregúntame sobre ella.
Puede ser que esté buscando la seguridad
que mi madre una vez me dio.
 
Cuando grito
por favor no me digas que me calle ... ni pases ignorándome.
Estoy tratando de decirte algo pero tengo dificultades para
decirte qué.
 
Sé paciente. Trata de descubrirlo.
Puedo sentir dolor.
Cuando me agito o parezco enojada, por favor no busques
primero la medicación.
 
Estoy tratando de decirte algo.
Puede ser que tenga calor, que haya mucha luz, que esté
demasiado ruidoso,
o tal vez es porque extraño a mis seres queridos.
Intenta averiguarlo primero.
 
Cuando no como mi cena o bebo mi té
Puede ser, porque he olvidado cómo hacerlo.
Muéstrame qué hacer, recuérdame.
Puede ser que solo necesite sostener mi cuchillo y tenedor.
Puedo saber qué hacer entonces.
 
Cuando te aparto mientras intentas ayudarme a lavarme o
vestirme,
tal vez sea porque he olvidado lo que has dicho.
Sigue diciéndomelo una y otra vez.
Quizás otros piensen
¡Tú eres el que necesita ayuda!
 
Con todos mis pensamientos y mis “quizás”,
tal vez seas tú quien llegue a ellos.
Entiende mis miedos
y eso me hará sentir segura.
Tal vez sea a ti a quien necesito agradecer.
Si tan solo supiera cómo...
 
Poema anónimo