¿Si tomás lácteos te fracturás menos?

Desde hace muchos años se venden los productos lácteos "buenos para los huesos".

 

Un reciente estudio del NEJM pone en duda esta aseveración.

 

Para los adultos, la evidencia general no respalda el alto consumo de lácteos para la reducción de fracturas.

Además, el consumo total de lácteos no se ha relacionado claramente con el control de peso o con los riesgos de diabetes y enfermedades cardiovasculares. 

Es importante tener en cuenta que los efectos informados sobre la salud de los productos lácteos dependen en gran medida de los alimentos o bebidas

específicos con los que se comparan. 

Para muchos resultados, los productos lácteos se comparan favorablemente con la carne roja procesada o las bebidas endulzadas con azúcar, pero de

manera menos favorable con las fuentes de proteínas vegetales como los frutos secos. 

 

Además, no se ha establecido un beneficio claro de consumir lácteos bajos en grasa sobre los productos lácteos enteros.

 

Los efectos sobre el consumo de leche de vaca en los niños son menos claros debido a los mayores requerimientos nutricionales para el crecimiento

de los niños, y los datos son más limitados. 

Si la leche materna no está disponible, la leche de vaca puede proporcionar un sustituto valioso en la primera infancia. 

La leche promueve la velocidad de crecimiento y una mayor altura alcanzada, lo que confiere riesgos y beneficios. 

 

La alta densidad de nutrientes de la leche puede ser particularmente beneficiosa en regiones donde la calidad general de la dieta y la ingesta de

energía escasean. 

 

Sin embargo, en poblaciones con una nutrición generalmente adecuada, el alto consumo de leche puede aumentar el riesgo de fracturas más adelante

en la vida, y la asociación de una mayor altura con el riesgo de cáncer sigue siendo motivo de preocupación.

Algunas guías recomiendan aumentar considerablemente el consumo de productos lácteos a 3 o más porciones por día sin tener una clara

justificación. 

 

La ingesta óptima de leche para una persona individual dependerá de la calidad general de la dieta. 

 

Si la calidad de la dieta es baja, especialmente para los niños en entornos de bajos ingresos, los alimentos lácteos pueden mejorar la nutrición,

mientras que si la  dieta es de buena calidad, es improbable que una mayor ingesta proporcione beneficios sustanciales. 

 

Cuando el consumo de leche es bajo, los dos nutrientes de mayor preocupación: calcio y vitamina D (que es particularmente preocupante en latitudes

más altas), se puede obtener de otros alimentos o suplementos. 

Como se ve en la figura: 

Es interesante la imagen que aporta el estudio del NEJM

 

Los países que tienen alto índice de fracturas y alto consumo de leche (es decir los que están arriba a la derecha) son países con poca exposición solar y condiciones climáticas más adversas. 

Hay otras condiciones que seguramente hay que tener en cuenta a la hora de evaluar las fracturas...

 

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMra1903547?query=featured_home