Barbijos, ¿usar o no usar?

La compra de barbijos por el pánico al contagio del COVID-19 se ha expandido más rápido que el propio virus. En muchos países del mundo escasean o se han agotado. Y la situación excede a este elemento en cuestión porque alcanza además a los desinfectantes para el hogar, el alcohol en gel e incluso a ciertos fármacos como el paracetamol. El problema de la escasez es que el personal de salud, que constituye el gruo de sanos con mayor exposición a los contagios por tener que atender a la población enferma carecerá de los recursos para su autociudado. Y cuando se contagien y enfermen por falta de materiales se reducirá el número de activos para cuidar a la población.

 

El uso de máscaras es una recomendación necesaria, pero no suficiente, para prevenir el contagio de la enfermedad frente a los expuestos, pero mal utilizada genera una falsa sensación de seguridad y lleva a descuidar del resto de las otras medidas esenciales, como lavarse las manos. 

 

Las recomendaciones son:  

 

  • Si usted es una persona sana, use barbijos al encontrarse con alguien con sospecha de COVID-19.

  • Quienes concurran a lugares públicos donde otras medidas de distanciamiento social sean difíciles de mantener como supermercados, farmacias, bancos, transporte público, etc.

  • Use barbijos si usted tiene tos o estornudos.

  • Al usarlo, cubra la nariz y la boca y asegúrese de que no queden espacios libres.

  • Los barbijos de tela no se deben colocar en niños pequeños menores de 2 años, en cualquier persona que tenga problemas para respirar o que esté incapacitado para sacarse el cobertor sin ayuda.

  • Nunca lo toque con sus manos sin antes lavarlas con agua y jabón, y vuelva a lavarlas después de tocarlo.

  • Cambie de barbijo cuando se haya humedecido.

  • Al retirarlo, no toque la parte delantera, siempre hágalo por la cara interior, la que contacta con su cara.

  • Tire el barbijo usado en un recipiente cerrado e inmediatamente lávese las manos con agua y jabón.

 

Además de estas recomendaciones, la distancia entre las personas es otra variable importante a tener en cuenta. Las personas asintomáticas deben mantenerse al menos a más de un metro de distancia de las personas enfermas. Dos estudios muy antiguos proporcionan estos datos pero estudios más recientes confirman que las gotas de fluidos que se excretan desde los orificios faciales pueden superar los dos metros de distancia, situación muy difícil de eludir en la vida urbana.

 

Las personas que tienen síntomas sí deben usar los barbijos. Sin embargo, estudios cualitativos demuestran que las personas enfermas podrían no seguir esta recomendación por temor a ser estigmatizadas.La complejidad del COVID-19 y su alta contagiosidad revelan que el virus es transmisible desde días antes de iniciar la etapa sintomática, entonces vale preguntarse: ¿el uso de barbijos, indicado a toda la población general, podría reducir los contagios? ¿qué pasaría con la  estigmatización de los enfermos? Hasta ahora no hay estudios que contesten estas preguntas. 

 

Los familiares de todas las personas infectadas también tienen indicación de protegerse usando los barbijos cuando ingresen a la habitación donde permanecen los enfermos. Y del mismo modo todo, el personal de salud que trabaje en atención de infectados por COVID-19 debe protegerse con barbijos para uso quirúrgico (N95), pero lamentablemente la escasez de este tipo de mascarillas es crítica.

 

Y por último, las máscaras de tela no cuentan con respaldo para su uso en entornos de salud. Hay un único estudio realizado en ese ámbito, llevado a cabo en Vietnam, pero no halló evidencia de la eficacia de estas máscaras para reducir la transmisión de la fuente y bloquear los aerosoles en la población general (eficacia demostrada en condiciones de aboratorios). Debido a la bajísima disponibilidad de los barbijos quirúrgicos quedarán recomendados solo para el personal de salud que deba atender a los pacientes infectados. Para la población general se recomienda utilizar barbijos o cobertores de la cara, hechos con elementos que puedan encontrar en sus casas, cumpliendo las siguientes condiciones:
 

• Deben ajustarse bien pero cómodamente contra el puente nasal y el costado de la cara
• Estarán asegurados con lazos o elásticos para las orejas
• Incluirán múltiples capas de tela (al menos 2)
• Deben permitir la respiración sin restricciones
• Se puedan lavar y secar a máquina sin daños o sin modificar su forma

 

Para su confección podrán utilizarse dos rectángulos de tela de algodón de 26 x 16 cm, dos piezas elásticas de 15 cm (gomas, cuerdas, tiras de tela o cintas para el cabello), y aguja e hilo. Una vez usados y retirados con la técnica que ya fue explicada podrán lavarse con agua y jabón de forma manual o en lavarropas. El uso del barbijo, hoy, no se recomienda en todo el país, su uso será sólo para zonas con transmisión local o comunitaria de COVID-19. 
Los cuidadores de una persona con COVID-19, deberán usar barbijo quirúrgico. 

Los pacientes con sospecha de COVID-19 deben usar barbijo quirúrgico y cumplir con todas las normas de aislamiento sanitario para reducir el riesgo de transmitirle el virus a otras personas.
 

Ante la gran confusión por la situación actual, donde la población está expuesta a gran número de canales de información, muchos de ellos sin aval científico, es muy importante conocer la evidencia de cada medida a practicar, promocionar las formas correctas de uso e intentar lograr su adopción por parte de la mayoría de los ciudadanos.

 

7/4/20

 

Bibliografía

 

https://www.argentina.gob.ar/coronavirus/barbijo

https://blogs.bmj.com/bmj/2020/03/11/whos-confusing-guidance-masks-covid-19-epidemic/?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_term=hootsuite&utm_content=sme&utm_campaign=usage

 

Asesoramiento sobre el uso de máscaras en la comunidad, durante la atención domiciliaria y en entornos sanitarios en el contexto del nuevo brote de coronavirus (2019-nCoV): orientación provisional, 29 de enero de 2020 https://apps.who.int/iris/handle/10665/330987

 

En la infección por el aire: estudio II. Gotas y núcleos de gotas. American Journal of Epidemiology , Volumen 20, Número 3, noviembre de 1934,611–8, https://doi.org/10.1093/oxfordjournals.aje.a118097

 

Lee, J., Yoo, D., Ryu, S., Ham, S., Lee, K., Yeo, M. , Min, K. y Yoon, C. (2019). Cantidad, distribución del tamaño y características del aerosol generado por la tos producido por pacientes con infección del tracto respiratorio superior . Aerosol and Air Quality Research , 19 (4), 840-853. https://doi.org/10.4209/aaqr.2018.01.0031

 

Percepciones públicas de intervenciones no farmacéuticas para reducir la transmisión de infección respiratoria: revisión sistemática y síntesis de estudios cualitativos. Disponible en https://bmcpublichealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/1471-2458-14-589

 

Uso de mascarillas y control de la transmisión del virus respiratorio en los hogares. Disponible en https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2662657/

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