Hipotiroidismo subclínico en niños

El hipotiroidismo subclínico (SH) se define como los niveles séricos de hormona estimulante de la tiroides (TSH) por encima del límite superior con concentraciones normales de T4 libre (T4L). Su gestión sigue siendo un reto. Esta situación ocurre en menos del 3% de los niños y adolescentes pero es motivo de preocupación para los padres y los médicos de atención primaria y representa una causa frecuente de derivación a un endocrinólogo pediátrico.


El curso natural de la SH idiopática no está claro. La mayoría de los pacientes normalizan los valores de TSH y un pequeño porcentaje progresa a hipotiroidismo manifiesto. El riesgo de progresión a hipotiroidismo manifiesto depende de la causa de SH con alto riesgo en formas autoinmunes. Faltan estudios concluyentes que determinen si estos niños con SH podrían beneficiarse del tratamiento con levotiroxina. Tampoco existe relación certera entre el SH y los trastornos metabólicos a los que clásicamente se los ha asociado, como la obesidad, trastornos del crecimiento y/o desarrollo, y no hay estudios prospectivos que aclaren esta situación aún.

 

El objetivo del estudio fue evaluar los hallazgos clínicos y de laboratorio, así como el curso clínico de los niños con SH seguidos en un hospital de tercer nivel. Sesenta y cinco pacientes con edades comprendidas entre 2 y 18 años fueron estudiados retrospectivamente.


Métodos
Los pacientes fueron seguidos durante un período medio de 9 meses (rango de 6 meses a 24 meses). Los que normalizaron los niveles de TSH fueron dados de alta (Grupo 1). Si la TSH persistió levemente elevada (5-10 μUI / mL) con T4L normal y anticuerpos antiperoxidasa o antitiroglobulina negativos, se clasificaron como Grupo 2 y se siguieron semestralmente sin tratamiento. Aquellos pacientes cuya TSH aumentó ≥10μUI / mL o que mantuvieron TSH 5-10μUI / mL y anticuerpos positivos se consideraron adecuados para la terapia con tiroxina (Grupo 3, G3).


Resultados
En el 89% de nuestros pacientes, las concentraciones de TSH volvieron a la normalidad espontáneamente o permanecieron estables sin tratamiento (Grupos 1 y 2), mientras que menos del 11% progresaron a hipotiroidismo clínico (Grupo 3). La TSH basal fue significativamente menor en el grupo 1 que en el grupo 3. En el grupo 3, la prevalencia del sexo femenino (71%) fue mayor y los anticuerpos TPO estaban presentes en el 85% de los pacientes. El riesgo de desarrollar hipotiroidismo manifiesto en pacientes con anticuerpos antitiroideos positivos con respecto a aquellos que normalizaron la TSH fue de 45 (IC del 95%: 6.5-312.5).
 

Con respecto al peso, en nuestro estudio, no se detectaron cambios significativos entre la prevalencia de obesidad al inicio del estudio y durante el seguimiento en todos los pacientes, y el IMC-SD no empeoró durante el seguimiento en ningún paciente. Sin embargo, en el grupo G2, aquellos que persistieron con TSH 5-10μUI / mL tuvieron una mayor prevalencia de obesidad, lo que sugeriría que podría tener un papel en el aumento de los niveles de TSH. Se cree que la TSH levemente elevada es la consecuencia de la obesidad más que la causa, como un intento de aumentar el gasto de energía, con una mejora de los parámetros de la función tiroidea al reducir el IMC, como se ha mencionado en estudios múltiples. Al contrario de lo que cabría esperar, ninguno de los pacientes con obesidad pertenecía al G3 con hipotiroidismo manifiesto. Es una pena que el posible impacto en el crecimiento y el desarrollo intelectual no se haya evaluado en este estudio.


Conclusión
La TSH basal, el sexo femenino y la presencia de autoinmunidad tiroidea fueron los mejores predictores de la evolución a SH a lo largo del tiempo. Faltan estudios prospectivos para determinar un nivel sensible y específico de TSH para predecir la progresión al hipotiroidismo. Es importante determinar si se trata de un proceso con autoinmunidad negativa o positiva, ya que en este último caso, la probabilidad de progresión a hipotiroidismo es mayor.
Pero ante la aparición de un paciente con SH, el seguimiento sin tratamiento parece ser la estrategia más razonable. 


Quedaría por evaluar también cuántos niños y familias sufrirán también por la consecuencias de la prevención cuaternaria de estos hallazgos (verdaderos positivos) que no ocasionan de por sí ningún sufrimiento.

 

El artículo original se encuentra aqui:
Murillo-Vallés M, Martínez S, Aguilar-Rieraz C, García Martín MA, Bel Comós J et al. Subclinical hypothyroidism in Childhood, treatment or only follow-up? BMC Pediatrics. Published online June 16, 2020 DOI: 10.1186/s12887-020-02177-8

 


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