Decisiones compartidas para el uso de estatinas en prevención primaria

¿Cuándo ocurren los beneficios del tratamiento con estatinas en los menores de 75 años que buscan prevenir un primer evento cardiovascular (ECV)?

 

Aunque los beneficios en esta población estén bien documentados, no está claro cuándo suceden. Por el contrario, la carga del tratamiento parece ocurrir con relativa rapidez. Ésto no solo por las mialgias, que es el efecto adverso que se informa con más frecuencia, sino porque las estatinas pueden contribuir a la polifarmacia inmediata con interacciones farmacológicas, especialmente en los adultos mayores con múltiples comorbilidades y esperanza de vida limitada. De hecho, un ensayo clínico aleatorizado (ECA) realizado con adultos mayores con una esperanza de vida menor de 1 año, mostró una peor calidad de vida autoinformada a los 60 días en los pacientes que continuaron la terapia con estatinas en comparación con aquellos a quienes esta medicación se les retiró. 

Las cargas y los daños potenciales a corto plazo resaltan la importancia de individualizar la terapia con estatinas para que se dirija preferentemente a aquellas personas con mayor probabilidad de vivir lo suficiente como para experimentar también sus beneficios.

 

Un estudio que puede acercarnos a responder la pregunta del inicio acaba de publicarse en la revista JAMA (Journal of the American Medical Association, en inglés). Es un meta-análisis de sobrevida que evalúa ECA de estatinas para determinar el beneficio en la prevención de un primer ECV mayor en adultos de 50 a 75 años. Hubo amplias similitudes en la definición de los ECV y todos los estudios midieron infarto de miocardio y mortalidad cardiovascular.

 

Resultados: se identificaron 8 ECA que aleatorizaron a 65.383 adultos (66.3% hombres). La edad media osciló entre 55 y 69 años y la duración media del seguimiento fue entre 2 y 6 años. Solo 1 ECA informó que las estatinas redujeron la mortalidad por todas las causas.

 

Los resultados del meta-análisis sugieren que se necesitan 2.5 años (IC del 95%, 1.7-3.4) para evitar 1 ECV cada 100 pacientes tratados con estatinas. 

 

Conclusiones: estos hallazgos indican que, al tratar con estatinas durante 2.5 años a 100 adultos de entre 50 a 75 años sin enfermedad cardiovascular conocida, se previene 1 ECV en 1 adulto. También puede entenderse como que las estatinas pueden prevenir un primer ECV en aquellas personas de entre 50 a 75 años, si tienen una esperanza de vida de al menos 2.5 años.

 

Ningún dato sugiere un beneficio en la mortalidad.

 

Decisiones compartidas

 

Estos resultados pueden ayudar a nuestros pacientes a evaluar el riesgo-beneficio del tratamiento con estatinas.

 

Para algunas personas, los beneficios tardíos del tratamiento con estatinas (evitar un infarto de miocardio, un accidente o una muerte cardiovascular) pueden ser más importantes que los riesgos de usarlas (más comúnmente mialgias y polifarmacia), considerando además que estos daños suelen ser reversibles al suspender la medicación.

 

Para otros pacientes, especialmente para aquellos con una esperanza de vida limitada (aproximadamente 2.5 años), la perspectiva de riesgos inmediatos para una probabilidad de beneficio de 1 en 100 en varios años, puede llevar a la decisión de renunciar al tratamiento con estatinas. 

 

De hecho, es posible que estemos subestimando los daños de la terapia con estatinas para los pacientes con una esperanza de vida limitada. Nuestro cálculo de los daños proviene de poblaciones más sanas y, justamente, los pacientes con una alta carga de comorbilidad probablemente tengan un mayor riesgo de efectos adversos. 

 

Dada la incertidumbre en las tasas reales de daños y la tremenda heterogeneidad de los adultos mayores, los valores y las preferencias individuales deberían desempeñar un papel central en las decisiones sobre el tratamiento con estatinas.

 

Referencia: doi: 10.1001 / jamainternmed.2020.6084

 

30-11-20