Infecciones urinarias recurrentes. Parte II. Factores protectores.

Habitualmente se recomienda asesorar a las mujeres con cistitis simple recurrente sobre los factores que aumentan el riesgo de tener una nueva infección urinaria (ITU) como sobre los que disminuyen este riesgo. En el otro extremo, no está recomendado indicar activamente productos de arándanos, probióticos ni antisépticos debido a la escasez de datos claros que respalden su uso. Sin embargo, tampoco es necesario desalentarlos si la paciente está interesada o los encuentra útiles.

 

En relación con la profilaxis antibiótica, a pesar de su eficacia, los expertos sugieren reservarla como último recurso en aquellas que presentan recurrencias molestas a pesar de las medidas preventivas no antibióticas. 

 

FACTORES PROTECTORES

 

Aunque muchos enfoques del comportamiento no se han investigado adecuadamente, los pacientes y los médicos a menudo tienen sesgos muy fuertes sobre su eficacia. En consenso, se cree razonable considerar estos enfoques en la prevención de la cistitis como una forma de minimizar la exposición a los antibióticos.

 

Ingesta abundante de líquidos

 

Se sugiere que todas las mujeres con cistitis recurrente aumenten la ingesta de líquidos. Aunque se desconoce la cantidad óptima, el objetivo general es de 2 a 3 litros por día.

 

Existe un ensayo aleatorizado de 140 mujeres premenopáusicas que tuvieron al menos 3 episodios documentados de cistitis en el año previo y, al inicio del estudio, tenían una ingesta baja de líquidos (menos de 1.5 litros por día con un volumen de orina de 24 horas menor de 1.2 litros). Aquellas asignadas al azar a beber 1.5 litros adicionales de agua sobre su ingesta diaria habitual, tuvieron menos episodios de cistitis (media 1.7 vs 3.2 episodios, diferencia 1.5, IC del 95%: 1.2-1.8) y requirieron menos ciclos de antimicrobianos para la cistitis (media 1.9 frente a 3.6 tratamientos) durante 12 meses, en comparación con aquellas que mantuvieron su ingesta habitual de líquidos. No hubo efectos adversos graves.

 

Como conclusión, incrementar la ingesta de líquidos disminuyó la incidencia de cistitis en aproximadamente un 50%. 

 

Estos hallazgos apoyan la creencia arraigada de que una mayor ingesta de líquidos es beneficiosa para los pacientes con cistitis recurrente, en teoría, porque ayuda a diluir y eliminar la bacteriuria.

 

Modificación de la anticoncepción

 

Se sugiere que las pacientes con cistitis recurrente que usan espermicidas (particularmente junto con diafragmas), reciban asesoramiento sobre la posible asociación entre sus infecciones y el uso de espermicidas. Se espera que la abstinencia, la disminución o el cese del uso de estos productos reduzcan el riesgo de ITU.

 

Micción poscoital

 

Si bien es razonable creer que la micción poscoital temprana es útil, estudios controlados no han demostrado que esto reduzca el riesgo de cistitis recurrente. Sin embargo, es poco probable que sea perjudicial.

 

Higiene

 

Aunque no se ha estudiado correctamente, se recomienda de forma rutinaria limpiar la vulva de adelante hacia atrás para evitar la contaminación perineal con la flora fecal.

 

Estrógenos tópicos en mujeres posmenopáusicas

 

Los estrógenos vaginales han reducido eficazmente la incidencia de cistitis en pequeños ensayos de mujeres posmenopáusicas. Por esto, su uso en las pacientes posmenopáusicas con cistitis recurrente está recomendado. Los efectos adversos son generalmente leves, aunque algunas pueden encontrarlos indeseables. Se requiere precaución en aquellas con mayor riesgo de tumores estrógeno-dependientes.

 

En un ensayo aleatorizado de 93 mujeres posmenopáusicas con antecedentes de cistitis recurrente, el estrógeno vaginal (0.5 mg de crema de estriol todas las noches durante 2 semanas y luego 2 veces a la semana durante 8 meses) redujo la incidencia de cistitis en comparación con placebo (0.5 vs 5.9 episodios por paciente/año, riesgo relativo 0.25, IC del 95%: 0.13-0.50).

 

En otro ensayo de 108 mujeres similares al estudio previo, las asignadas al azar para recibir un anillo de estrógeno vaginal (2 mg de estradiol, cambiado cada 12 semanas durante 36 semanas) tenían menos probabilidades de tener cistitis recurrente después de 36 semanas de seguimiento, en comparación con las asignadas a placebo (51 vs 80%).

 

Sin embargo, los estrógenos locales parecen ser menos eficaces que la profilaxis antibiótica.

 

En un ensayo aleatorizado de 171 mujeres posmenopáusicas con una media de 3 episodios de cistitis en el año anterior, la incidencia de cistitis recurrente fue mayor con estrógenos vaginales en comparación con nitrofurantoína diaria (2 vs 0.8 episodios por semana/paciente-año). En este estudio no quedó claro si la formulación de estrógeno (por pesario, 2 veces por semana) se relacionó con el resultado menos favorable.

 


 
Actualizado de Uptodate 2020

 


10-3-21