Síncope. El rol del ecocardiograma

El síncope se define como una pérdida del conocimiento abrupta, transitoria y completa, asociada con incapacidad para mantener el tono postural, con recuperación rápida y espontánea. Es un motivo de consulta frecuente en la guardia e incluso en el consultorio.

 

Dado que se ha demostrado que el síncope se asocia con un aumento de la mortalidad, el objetivo principal de la evaluación de quienes los padecen es identificar las causas subyacentes modificables, en particular las cardíacas.

 

Las pautas actuales recomiendan realizar una historia completa que incluya interrogatorio, examen físico, medición de la presión arterial ortostática y ECG como evaluación inicial. 

 

El ecocardiograma se utiliza con frecuencia como herramienta de diagnóstico en la evaluación del síncope. Se realiza en 39 a 91% de los pacientes que consultan por este problema. Sin embargo, su rendimiento diagnóstico para detectar anomalías clínicamente importantes en pacientes cuyos antecedentes, examen físico y electrocardiograma (ECG) son normales es extremadamente bajo.

 

Por el contrario, los ecocardiogramas realizados en pacientes con síncope con antecedentes cardíacos positivos o examen físico y/o ECG anormal identifican alguna anomalía en hasta el 29% de los casos, aunque estas anomalías no siempre son definitivamente la causa del síntoma.

 

Las guías clínicas para el manejo del síncope del Colegio Americano de Cardiología recomiendan realizar ecocardiograma solo si la historia o el examen inicial sugieren una etiología cardíaca o si el ECG es anormal.

 

Pedir ecocardio ante todas las consultas por síncope expone a un número significativo de pacientes a pruebas y costos innecesarios y no representa una atención de alto valor ni basada en la evidencia.

 

Situaciones en las que el ecocardiograma puede ser útil

 

El rendimiento diagnóstico del ecocardiograma es mayor en pacientes con antecedentes cardíacos positivos o ECG anormal. También puede ser de utilidad en pacientes con  con síncope y biomarcadores cardíacos anormales (péptido natriurético  y troponina)Sin embargo, si bien algunos estudios han sugerido un papel de los biomarcadores en la diferenciación del síncope cardíaco del no cardíaco, las guías actuales establecen que la utilidad de estas pruebas es incierta. 

 

¿Qué hacer en lugar de pedir un ecocardiograma en todas las consultas por síncope? Examinar cuidadosamente a cada paciente en busca de hallazgos anormales en la historia, el examen físico y/o el ECG que sugieran una enfermedad cardíaca.

 

Los antecedentes cardíacos relevantes incluyen enfermedad coronaria conocida, enfermedad cardíaca valvular, arritmia, insuficiencia cardíaca congestiva y factores de riesgo de síncope cardíaco.

 

La definición de ECG anormal varía entre los estudios, pero las anormalidades que deben provocar un ecocardiograma incluyen arritmia, extrasístoles ventriculares, bloqueo cardíaco de segundo o tercer grado, bradicardia sinusal, bloqueo de rama o fascicular, hipertrofia ventricular izquierda, ST isquémico o cambios en la onda T, ondas Q o un intervalo QTc prolongado.

 

Las guías del Colegio Americano de Cardiología aclaran que: “Las imágenes cardíacas de rutina no son útiles en la evaluación de pacientes con síncope, a menos que se sospeche una etiología cardíaca sobre la base de hallazgos en una evaluación inicial, que incluya antecedentes, examen físico o ECG".

 

Referencia

 

Shen WK, Sheldon RS, Benditt DG, et al. 2017 ACC/AHA/HRS Guideline for the Evaluation and Management of Patients With Syncope: A Report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Clinical Practice Guidelines, and the Heart Rhythm Society. J Am Coll Cardiol. 2017;70(5):620-633. PubMed

 

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