Poca aceptación de los médicos generalistas por la atención médica mediante telemedicina

Menos del 1% de las consultas de medicina general del Reino Unido se realizan por video.
Hubo optimismo inicial de que la pandemia serviría como una "plataforma ardiente" para impulsar al NHS del Reino Unido hacia la adopción generalizada de consultas por video.  En marzo de 2020, NHS England se movió rápidamente para financiar nuevas tecnologías para prácticas generales;  en un mes, cuatro de cada cinco prácticas generales tenían la capacidad de admitir consultoría de video. Escocia había establecido un servicio nacional de videoconsulta en 2017; se amplió rápidamente cuando se produjo la pandemia. En Gales e Irlanda del Norte, la infraestructura estaba menos desarrollada y la respuesta digital a la pandemia contaba con menos recursos, pero hubo focos locales de innovación, incluido el uso de consultas por video. 

Estos cambios impulsados ​​por la pandemia se basaron en el entusiasmo político de larga data por la atención primaria digital. Sin embargo, el número de citas de práctica general realizadas a través de videoconsultas se ha mantenido bajo. En Inglaterra, por ejemplo, las consultas por video y electrónicas combinadas representaron menos del 0,5 % de las consultas de práctica general en diciembre de 2021. Este artículo se basa en un gran conjunto de datos recopilados principalmente durante la pandemia para analizar por qué los médicos en práctica general rara vez usan video consulta.


Objetivo Explicar por qué las videoconsultas no se utilizan más en la práctica general.


Diseño y entorno Análisis de una submuestra de datos de tres estudios de caso de métodos mixtos de servicios de consulta remota en varios entornos del Reino Unido entre 2019 y 2021.


Método El conjunto de datos incluyó entrevistas y grupos focales con 121 participantes de atención primaria (33 pacientes, 55 médicos de cabecera, 11 otros médicos, nueve gerentes, cuatro miembros del personal de apoyo, cuatro legisladores nacionales, cinco de la industria tecnológica). Los datos se transcribieron, codificaron por temas y luego se analizaron utilizando el marco de servicios de consulta remota de planificación y evaluación (PERCS).


Resultados Con pocas excepciones, las consultas por video nunca se adoptaron o pronto se abandonaron en la práctica general a pesar de un fuerte impulso político, la eliminación a corto plazo de las barreras regulatorias y financieras y los avances en la funcionalidad, confiabilidad y facilidad de uso de las tecnologías de video (aunque algunos productos permanecieron ' complicado' y poco fiable). La ventaja relativa del video se percibió como mínima para la mayoría de los casos de práctica general, ya que muchos de los problemas que se presentaban podían resolverse de manera adecuada y segura por teléfono y se consideró necesaria la evaluación en persona para el resto. Algunos pacientes encontraron las citas por video convenientes, apropiadas y tranquilizadoras, pero otros encontraron que la presencia terapéutica solo se lograba en persona. El video a veces agrega valor para consultas fuera de horario y en hogares de ancianos y funciones estatutarias por ejemplo.


Conclusión
Este análisis cualitativo exploró por qué, con pocas excepciones, la consultoría por video nunca se adoptó o se abandonó pronto en la práctica general del Reino Unido. Aplicando los diferentes dominios del marco PERCS, esto fue a pesar de muchos factores de sistema más amplios (por ejemplo, un contexto político favorable, eliminación de muchas barreras regulatorias y financieras) y avances significativos en muchas de las tecnologías (por ejemplo, en funcionalidad, confiabilidad y usabilidad). Si bien las limitaciones residuales en algunas tecnologías, que tienen lo que algunos médicos describieron como 'torpeza', explicaron cierta falta de adopción y abandono, otra razón clave fue la falta de una ventaja relativa de la videoconsulta para tratar el motivo de la consulta .(muchos de los problemas que se presentaban se pudieron resolver de manera adecuada y segura por teléfono y se consideró necesaria una evaluación en persona para el resto). Sin embargo, la videoconsulta a veces agrega valor para consultas fuera de horario y en hogares de ancianos y funciones legales (por ejemplo, certificación de defunción). Los pacientes tenían una capacidad variable para participar en las videoconsultas y sus puntos de vista sobre esta modalidad variaban (algunos se tranquilizaron al ver la cara del médico de cabecera en las videoconsultas, mientras que otros descubrieron que la presencia terapéutica solo se lograba en persona); Las circunstancias del hogar de los pacientes a veces impedían la opción de consulta por video. El personal también tenía habilidades, confianza y experiencia variables en la consulta por video, y tanto el personal como los pacientes sintieron que la relación clínica se iniciaba y mantenía más fácilmente cara a cara.


Los esfuerzos para introducir las videoconsultas en la práctica general deben centrarse en situaciones en las que esta modalidad tenga una clara ventaja relativa (por ejemplo, una fuerte preferencia del paciente o del médico, localidades remotas, servicios fuera de horario, hogares de ancianos).

El artículo original es 
Why do GPs rarely do video consultations? qualitative study in UK general practice. British Journal of General Practice 15 March 2022; BJGP.2021.0658. DOI: https://doi.org/10.3399/BJGP.2021.0658. Disponible en https://bjgp.org/content/early/2022/03/09/BJGP.2021.0658