¿Desgarro meniscal o LCA?

Los desgarros meniscales son una lesión frecuente tanto en deportistas como en la población general, siendo el menisco medial el más afectado. 

 

El diagnóstico precoz es esencial para permitir la rehabilitación, aumentando así la probabilidad de un resultado positivo y reduciendo el riesgo

de osteoartritis futura en la rodilla afectada. 

 

Son similares a las lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA), en el sentido de que el paciente suele describir un mecanismo de torsión de

la lesión. 

 

Otros puntos clave son: 

 

  • Dolor, típicamente a lo largo de la línea articular medial o lateral y exacerbado en actividades que soportan peso, como ponerse en cuclillas,

​o actividades que implican la rotación de la extremidad afectada.

 

  • El paciente describe clásicamente "bloqueo" o "atrapamiento" en la rodilla afectada. Esta sensación generalmente se debe a un desgarro

inestable o un cuerpo suelto desprendido en la rodilla. En circunstancias extremas, el paciente no puede extender la rodilla en absoluto.

 

  • Inestabilidad: la rodilla puede describirse como 'débil o se afloja'.

  • Hinchazón; esto suele tener un inicio más lento que con una lesión aislada del LCA y es posible que no se manifieste hasta tres días

después de la lesión. Puede haber hinchazón recurrente de la rodilla.  

 

Cómo examinar


Diferenciar una lesión del menisco medial de una lesión del LCA no siempre es sencillo. 

 

Las lesiones meniscales a menudo ocurren junto con lesiones del LCA y del ligamento colateral medial (conocidas en conjunto como la

"tríada infeliz") o dislocaciones rotulianas. 

 

Un enfoque sistemático es vital. 

 

Puede haber una hinchazón significativa en la rodilla. 

 

Al mover la articulación de la rodilla, a menudo se siente crepitación y el rango de movimiento a menudo se reduce significativamente en

comparación con la extremidad no lesionada. 

 

Para la mayoría de los pacientes, la palpación de la línea articular medial será incómoda y esta es la prueba clínica más sensible para los

desgarros de menisco. 

 

Otras pruebas clínicas que no son tan sensibles pero que pueden respaldar su diagnóstico son:

 

Prueba de McMurray: Ver en https://www.youtube.com/watch?v=lwDFPAyGGgI&feature=emb_imp_woyt

 

 

La rotación de la tibia tiene como objetivo atrapar el menisco lesionado. La prueba se considera positiva si el paciente experimenta dolor,

bloqueo o chasquido en la rodilla. 

 

 

Prueba de Appley: Ver en https://www.youtube.com/watch?v=6Z_9lfX_Pc8&feature=emb_imp_woyt&ab_channel=Physiotutors

 

Esta prueba se considera positiva si el movimiento de compresión logrado por la rotación interna y externa provoca molestias en la rodilla. 

 

 

 

Manejo 


El manejo de los desgarros del menisco interno depende de su estabilidad. 

 

Se requerirá una derivación a ortopedia para la rodilla que se afloja o se bloquea, mientras que otras lesiones de menisco generalmente

se tratan de manera conservadora con fisioterapia, lo que ayuda a fortalecer los músculos circundantes y mantiene a la persona lo más

móvil posible. 

 

 

Referencias

 

1. Fransen M, McConnell S, Harmer A et al. Exercise for osteoarthritis of the knee: a Cochrane systematic review. Br J Sports Med 2015;49(24):1554-1557

 

2. van Middelkoop M, van Linschoten R, Berger M et al. Knee complaints seen in general practice: active sport participants versus non-sport participants. 

BMC Musculoskelet Disord 2008;9:36