Algunos sitios en internet promueven conductas peligrosas en los hábitos alimentarios
Los trastornos de alimentación producen problemas serios en la salud y se inician muchas veces en la preadolescencia. Es importante que conozcamos la existencia de estos sitios en la web que instruyen sobre conductas y hábitos que favorecen la instalación de estos problemas.
Sin duda internet se ha vuelto uno de los principales medios de consultas en salud, el crecimiento ha sido de tal volumen que es imposible controlar la calidad de la información ofrecida. Hoy existen cientos de sitios pro-ANOREXIA y miles de enlaces pueden seguirse hacia blogs y foros del tema.
Los sitios pro-Ana (pro-anorexia) y pro-Mia (pro-bulimia) han tenido en el último año más de 13.000.000 de visitas. El tema se ha multiplicado exponencialmente desde la generación de comunidades y hoy en día existen perfiles en Facebook, Twitter, Instagram, Myspace y otras comunidades virtuales.
La mayoría de estos sitios están manejados por adolescentes o mujeres jóvenes con algún trastorno alimentario.
El contenido de las páginas abunda en fotos de niñas o mujeres muy delgadas, muchas veces famosas y celebridades, con mensajes para la pérdida de peso, textos con consejería o trucos para perder peso, fomentando la purga, ejercicios físicos, recetas hipocalóricas y maniobras para ocultar las conductas a padres y proveedores de salud. Muchos de ellos cuentan con foros activos para el intercambio de información.
Los participantes de los grupos pro-Ana, como los pro-Mia, no se consideran enfermos y argumentan tener una filosofía de vida, promueven y apoyan la enfermedad, el trastorno alimentario como estilo de vida, desde que nacieron en la década del 90. Generan sitios de internet que aparecen y desaparecen con gran velocidad, donde reproducen allí desde el uso de dietas o laxantes, hasta consejos para lograr el suicidio fácilmente si la imagen corporal deseada no es alcanzada. Algunos de estos sitios son cerrados y no permiten el acceso a nuevos usuarios.
En la otra vereda, existen también movimientos en contra de los pro-Ana, encargados de identificar, denunciar y clausurar estos sitios y blogs en la web y las comunidades, promoviendo la ayuda para los pacientes de esta enfermedad. Algunas sociedades como The National Eating Disorders Association, The Academy for Eating Disorders, The National Association of Anorexia Nervosa and Associated Disorders, se han pronunciado también en contra de estos grupos.
Algunos estudios han demostrado que el contenido es más popular entre las pacientes con TANE (trastornos alimentarios no específicos) o en recuperación de los mismos. Esto no es casualidad ya que estas pacientes suelen alejarse de sus afectos y amistades cercanas por no sentirse comprendidos, y acercarse entonces a quienes sienten y piensan como ellos, disminuyendo el sentimiento de soledad.
Un estudio de 182 pacientes con algún desorden alimentario, demostró que el 35,5% de ellos era usuario de estos sitios, y el 96% de ellos habían aprendido conductas relacionadas a la enfermedad en los sitios. Otro estudio mostró que de una muestra de 711 niñas de escuela secundaria, el 12,6% había visitado estos sitios cuando necesitaron información para adelgazar y mejorar la apariencia.
Otro trabajo de 1575 mujeres adolescentes demostró que entre las que contestaban la encuesta que miraban estos sitios tenían más desórdenes alimentarios e ideas de insatisfacción con su cuerpo, versus quienes no los usaban.
Dado que los problemas en relación a la alimentación suelen aparecer en la preadolescencia y la adolescencia, así como otros problemas que pueden manifestarse en esta etapa de la vida, creemos importante que los padres se involucren y tengan conocimiento sobre esta problemática y las distintas formas en que se accede a esta información. Nos resulta natural pensar que los padres deben conocer las personas y los lugares que frecuentan sus hijos, el acceso a internet y a las redes sociales han dado lugar a nuevas formas de comunicación y socialización, es por esto que es igualmente relevante que los padres conozcan los sitios que navegan sus hijos y los vínculos que entablan a través de estos. En este sentido puede resultar útil que el acceso a la web se de en ambientes compartidos, así como establecer cuál será el tiempo de exposición a las pantallas y limitar el acceso a sitios no deseados.
Dr. Diego Terceiro
Médico de familia