Resultados parciales de la Evaluación Nacional de la Continuidad Pedagógica

Presentamos en forma resumida los resultados parciales de la Evaluación Nacional de la Continuidad Pedagógica desarrollada desde el Ministerio de Educación de la Nación en alianza y con el apoyo técnico y financiero del Programa de Educación de UNICEF.

Esta evaluación releva aspectos esenciales de la continuidad pedagógica durante la suspensión de clases presenciales.  Consideramos que la continuidad pedagógica de los niños, niñas y adolescentes no solo resulta de interés general sino que se vincula directamente con el derecho a la educación y en forma menos directa pero esencial con la salud.
 
La pandemia del COVID 19 afectó a más el 90 % de la población estudiantil del mundo (aproximadamente 1.500 millones de estudiantes) debido al cierre de ecuelas en más de 180 países. 
 
Frente a esta situación, en casi todos los países del mundo se desarrollaron distintas estrategias  para sostener lo que se ha llamado la continuidad pedagógica, es decir la continuidad del vínculo de los y las estudiantes con las escuelas y los aprendizajes. 
 
En la Argentina, la suspensión de clases en todos los niveles educativos fue establecida el lunes 16 de marzo de 2020, a través de la Resolución N° 108/20 del Ministro de Educación de la Nación, en principio por 14 días y luego extendida por el decreto presidencial que estableció el aislamiento social preventivo y obligatorio como medida sanitaria frente a la expansión del COVID-19.
 
Luego de varios meses de sostenimiento de la continuidad pedagógica y ante la perspectiva de un retorno a clases que presentará grandes complejidades,
se plantea la necesidad de contar con una evaluación que ofrezca evidencia rigurosa sobre las características de las acciones que están desplegando los actores en distintos niveles y el alcance y recepción que tienen.
 
Para ello, la Evaluación Nacional de la Continuidad Pedagógica aborda distintas dimensiones de este proceso, con varias líneas de evaluación. 
 
Aquí se resume la quinta línea de evaluación cuyo objetivo general es  caracterizar la situación educativa de las niñas, niños y adolescentes de 4 a 19 años del hogar que estén cursando la educación obligatoria y la recepción que las actividades para la continuidad pedagógica generadas desde el sistema educativo, dentro del contexto del cierre de escuelas y de la puesta en marcha de una educación de emergencia, han tenido en las familias y adolescentes.
 
 
Para ello es preciso examinar con qué recursos, restricciones y posibilidades se han abordado las actividades educativas durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Posteriormente, el estudio también se propone explorar algunas expectativas de familias y adolescentes sobre la vuelta a clases presenciales. A partir de reconocer las desigualdades sociales y aquellas propias del sistema educativo, la información se analiza primero a nivel de los totales nacionales para luego atender a disparidades y brechas entre grupos de hogares y de niñas, niños y adolescentes de diferentes regiones educativas, niveles de vulnerabilidad socioeconómica, clima educativo, recursos tecnológicos del hogar y sectores de gestión de las escuelas a donde asisten.

 
Método
 

El estudio se realiza sobre la base de una encuesta telefónica. La misma se aplicó del 18 de junio al 3 de julio y fue respondida por 2.658 adultos y 965 adolescentes.
El diseño muestral de la encuesta tuvo como población objetivo al conjunto de hogares de localidades de más de 2000 habitantes de la República Argentina, que tuvieran algún niño en la franja etaria 4-19 asistiendo a alguno de los niveles educativos Inicial, Primario o Secundario.
 

Aspectos evaluados y  resumen de resultados
 
Perfil social y recursos disponibles
 

El establecimiento del aislamiento social y preventivo ha obligado a continuar el proceso educativo fuera de las escuelas y desde los hogares, lo cual implica de un modo inexorable que las condiciones de vida familiares sean, a la vez, condiciones de escolarización para las y los estudiantes.
 
 
Todo aquello que la escuela puede contribuir a mitigar en términos de desigualdades, se recrudece en esta educación en tiempos de emergencia donde son definitorios los recursos educativos y materiales de los hogares.
 
Con el objetivo de reponer este contexto, se consideraron variables sobre atributos estructurales y coyunturales de los hogares 
Entre las variables estructurales se consideró el clima educativo del principal perceptor de ingresos y del adulto que es acompañante educativo y los niveles de hacinamiento del hogar. Entre las variables coyunturales, se elaboraron tipologías de vulnerabilidad socioeconómica de los hogares (VSEH), percepción de ingresos sociales (Ingreso Familiar de Emergencia y Asignación universal por hijo) y acceso a recursos TIC y de conectividad en el hogar.
 
▪ Los hogares con clima educativo alto (aquellos en los que la persona que percibe más ingresos cuenta con educación secundaria completa o más) son algo más de la mitad (56%). Si se considera el nivel educativo de losadultos que cumplen el rol de acompañantes educativos este valor se eleva al 62%).

▪ El hacinamiento crítico relevado en la encuesta coincide con el guarismo publicado por el INDEC para 2018: solo el 4,4% de los hogares son aquellos en los que habitan más de tres personas por cuarto. Un 65% de los hogares se encuentra en la mejor situación con baja densidad de personas por ambiente (menos de 2 por ambiente).

▪La mejor situación es la de los hogares con baja VSEH que no cobran Ingreso familiar de emergencia, tienen acceso a internet fijo en el hogar
y no perdieron empleo durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Este grupo de baja VSEH incluye al 44% de los hogares.
 
Atendiendo a las desigualdades, se observa que el grupo con VSEH alta se concentra en las regiones del Norte (NOA y NEA) y Cuyo y en los hogares con niñas, niños y adolescentes en educación estatal.


▪ La percepción de ingresos sociales (Ingreso familiar de emergencia y Asignación universal por hijo) se registra en 44% de hogares, siendo netamente mayoritarios los que perciben ambos.
 
▪ La situación óptima en cuanto a la dotación de recursos TIC para este momento de educación de emergencia es que cada niña, niño o adolescente escolarizada/o pueda contar con una computadora. Los resultados expresan que esto sucede solo en 1 de cada 5 hogares. Siendo menos frecuente en el
Norte del país (NOA y NEA tienen 12 y 15%, respectivamente).
 
 En cuanto a conectividad, 3 de cada 10 de hogares no tiene acceso fijo a Internet: 27% accede sólo desde el celular y 3% no cuenta con Internet de ningún tipo en el hogar.
 
 Del grupo de hogares con acceso fijo a Internet (7 de cada 10) el 65% cuenta con una señal de buena calidad y el 35% restante señala tener problemas con su conexión de Internet. 
 
Se calcula que 46 % cuenta con acceso a internet y buena señal. Esta situación de mejor conectividad se concentra en la región del Centro y, en particular, dentro del área del AMBA (55% de hogares). En las regiones del norte del país, en cambio, el acceso a Internet de modo exclusivo a través de celulares es muy elevado.
 

¿Cuántos niñas, niños y adolescentes están en continuidad pedagógica con envío y recepción efectiva de tareas en los últimos 15 días?
 

La cobertura poblacional de la continuidad pedagógica fue muy alta: 97% de los y las niñas, niños y adolescentes encuestados/as había realizado alguna tarea o actividad escolar en las últimas dos semanas y un 95% tuvo propuestaspedagógicas durante todo el período del aislamiento social, preventivo y obligatorio.
 
Otra conclusión a destacar es que no hay diferencias estadísticamente significativas en la cobertura poblacional de la continuidad pedagógica de
los y las niñas, niños y adolescentes que asisten al sector estatal y al privado, lo cual da cuenta del gran esfuerzo de quienes integran y trabajan en el subsistema de educación estatal para sostener el vínculo con sus estudiantes pese a que, como se observó, las condiciones de posibilidad de una continuidad pedagógica “conectada” son muy inferiores frente a los recursos TIC de hogares con niñas, niños y adolescentes que asisten al sector privado.
 
 
¿Cuáles han sido las características de la continuidad pedagógica?
 
Comunicación familia-escuela
 
La comunicación escuela-familia se ha materializado principalmente a través del uso de mensajes de texto por celular (78%).
Mucho menos se usaron medios que posibilitan una comunicación sincrónica o en tiempo real: solo 1 de cada 4 familias tuvo comunicación con la escuela a través de videoconferencias o de plataformas educativas genéricas y solo 1 de cada 10 lo hizo mediante una plataforma propia de la escuela.
 

Las escasas desigualdades señaladas en lo que hace a la extensión poblacional de la continuidad pedagógica examinadas en la pregunta anterior,
empiezan a aparecer con más fuerza al caracterizar cómo ha sido la concreción de la continuidad pedagógica. Los canales de comunicación
familia-escuela presentan distintos escenarios de desigualdades sociales y educativas. 
La prevalencia de comunicación a través de mensajes de texto vía aplicaciones específicas y de llamados a celulares es más fuerte entre
niñas, niños y adolescentes que asisten a escuelas estatales en los tres niveles educativos analizados, dato indisociable de la menor dotación de computadoras y de conectividad en sus hogares, tal como se describió anteriormente.
 
 
Los hogares que se hallan en situación óptima de acceso a TIC (conexión fija de Internet + disponibilidad de computadoras) declaran mayor nivel de uso
de mails, reuniones virtuales, plataformas educativas genéricas y propias de la escuela.
 

Tipo de trabajos y recursos enviados y existencia retroalimentación docente
 

Prácticamente todas las niñas, niños y adolescentes recibieron propuestas de tareas y actividades escolares para ser resueltas de modo individual y sin estar “conectados/as” en tiempo real (98%).
 
Las desigualdades sectoriales no se registran en los trabajos sin conexión diseminados en todo el sistema, pero sí en las actividades escolares
sincrónicas, las cuales se concentran entre niñas, niños y adolescentes que asisten al sector privado en los 3 niveles educativos, con valores que duplican o triplican a los del sector estatal.
 

Los materiales enviados por las y los docentes fueron variados:
 

Tres de cada cuatro niñas, niños y adolescentes recibieron actividades preparadas por sus maestros/as y profesores/as, alrededor de la mitad
recibió clases o videos grabados por sus docentes, audios explicativos o videos disponibles eninternet y solo un tercio contó con clases en vivo, estas últimas  más concentradas en el sector privado.
 
En cambio, las niñas, niños y adolescentes del sector estatal concentran el uso de cuadernos y programas enmedios de comunicación de la política de “Seguimos Educando”.
 
Todos los materiales indagados, salvo los recursos de “Seguimos Educando”, se concentran entre hogares con equipamiento informático, con clima educativo más alto (nivel educativo de la persona que genera ingresos en el hogar) o VSEH baja.
 
La retroalimentación docente fue amplia: más del
90% de las niñas, niños y adolescentes encuestados/as recibió observaciones o devoluciones de alguno/a o todos/as sus docentes, incluso casi dos tercios tuvo devoluciones de todos/as sus docentes sobre las tareas realizadas, esto último fue más fecuente en el sector privado.
 
 
El seguimiento de la propuesta de continuidad pedagógica ha sido altísimo entre las y los estudiantes: 93% de niñas, niños y adolescentes del hogar realizaron la mayoría o todas sus tareas escolares.
 
El Programa Seguimos Educando cuenta con varios recursos: porta web, programa de radio y TV, cuadernos digitales y los Cuadernos Seguimos Educando impresos –que llegaron a 32 % de los hogares, principalmente con falta de conectividad- son reconocidos en más de 2/3 de los hogares relevados y cuentan con una alta valoración. 
El 41% de los hogares en situación de alta vulnerabilidad utilizan los cuadernos impresos del programa. 
 
Resulta relevante mencionar que la elevada aceptación de los recursos pedagógicos del Programa Seguimos Educando se observa tanto en los hogares con estudiantes en escuelas asisten a establecimientos del sector privado.
 
 
¿Cuáles son las expectativas de continuidad escolar y de cambio de escuela frente al retorno de las clases presenciales?
 
En función de lo declarado por los adultos encuestados en cada hogar, el 90% de niñas, niños y adolescentes que en marzo de este año estaban inscriptos en un establecimiento educativo continuarán con su escolaridad al retomarse las clases regulares. La posibilidad latente de que un 10% de los estudiantes discontinúe su escolaridad los posiciona como un grupo de particular atención para las diferentes instancias de gobierno del sistema educativo.
 
Respecto del posible cambio de escuela al regreso de las clases presenciales, prácticamente la totalidad de quienes seguirán asistiendo lo haría en la misma institución en la que estaba inscripto en marzo de 2020 (99%).
 
Se aprecia una elevada ponderación por parte de las familias de la labor desplegada por las escuelas y los docentes en esta etapa de suspensión
de las clases presenciales: el 85% valora positivamente el trabajo que la escuela.
 
 
Llama la atención que solamente el 19% de los consultados señala que efectivamente las exigencias de su trabajo afectaron su capacidad de acompañar a sus hijos en la realización de las tareas escolares,
sin que se registren variaciones significativas según el segmento educativo.
 
En lo que respecta a sus expectativas frente al retorno a clases presenciales, la mayoría de los adultos consultados (69%) señalan estar a favor de una modalidad de organización mixta, que contemple presencialidad algunos días por semana y escolaridad a distancia, lo que habilita la posibilidad de alternar los grupos de estudiantes y evitar la aglomeración en las aulas.
 
Dos tercios de los adultos manifiestan temor a que las/los chicas/os se contagien de coronavirus cuando vuelvan la escuela, las niñas, niños y adolescentes del hogar expresan este temor, el porcentaje desciende a 37%;
 
Los deseos de retomar las clases presenciales y reencontrarse con sus compañeras y compañeros de cursada se manifiestan con
intensidad: 7 de cada 10 adolescentes lo afirman.
 
 
¿Cuáles son los aprendizajes reconocidos por las y los adolescentes durante la pandemia?
 

Prácticamente la totalidad de las y los adolescentes (95%) reconocen haber desarrollado aprendizajes escolares durante esta etapa particular.


Al analizar los resultados por sector de gestión al que asisten los estudiantes, se observa que:
 
 Las y los adolescentes que cursan en escuelas privadas tienden a reconocer aprendizajes en mayor medida que sus pares del sector estatal.
 Las brechas más notorias se registran en lo que refiere al manejo de plataformas educativas, el trabajo en grupo a distancia y el manejo de computadoras, aprendizajes que sin duda están ligados a la disponibilidad de recursos tecnológicos en los hogares.
 
Resulta importante reparar en este último aspecto, dado que puede estar indicando una profundización de ciertas brechas vinculadas al
empleo de tecnologías: quienes tienen más acceso a ellas también mejoran en mayor  medida sus capacidades de uso.
 
Extraído de la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica. Informe preliminar, encuesta a hogares. Texto completo en el siguiente link: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/informepreliminar_hogares.pdf